Por Laude de Verdun, dietista del Instituto Jérôme Lejeune.
Una dieta equilibrada, es decir, con todas las familias de alimentos representadas y en las cantidades adecuadas, se aplica obviamente tanto a las personas con trisomía como a la población general. No obstante, hay que prestar especial atención a los micronutrientes, vitaminas y minerales. Aquí le ofrecemos varios consejos de alimentación, por temas.
Las avitaminosis pueden estar presentes de forma constante, pero pueden variar en intensidad según el individuo. Para maximizar el aporte de vitaminas, es importante asegurarse de que se consumen regularmente ciertos alimentos.
Para las vitaminas del grupo B
Para las vitaminas liposolubles
La vitamina D es la vitamina del sol. Tiene un doble origen: endógeno, es decir, la sintetiza el organismo a nivel de la piel bajo la acción de los rayos solares o ultravioletas, y exógeno, es decir, la aporta la alimentación. La vitamina D tiene muchas funciones para el organismo, siendo la principal aumentar los niveles de calcio y fósforo en la sangre. También interviene en otras funciones (hormonales, sistema inmunitario)
La necesidad de la población general es de 15 µg/d para hombres y mujeres adultos. La ingesta dietética de VITAMINA D permite cubrir aproximadamente el 25 % de las necesidades, por lo que es necesaria la suplementación.
No obstante, se pueden favorecer los alimentos que aportan VITAMINA D en la dieta, a saber:
Para la vitamina C
Se recomienda comer una pieza de fruta o verdura cruda (verduras crudas, ensalada, etc.) en cada comida, y posiblemente en un pequeño refrigerio durante el día.
Hiperuricemia
Las personas con trisomía 21 son propensas a la hiperuricemia (ataques de gota). Así, como medida preventiva, se debe prestar especial atención a la frecuencia y cantidad de embutidos y vísceras que se ingieren. Un máximo de una vez cada 15 días en cantidades razonables, como medida preventiva, parece una buena frecuencia.
Deficiencia de zinc
Las personas con trisomía 21 pueden tener una deficiencia de zinc. El zinc interviene en la actividad de más de 200 enzimas, en particular las que participan en la protección contra los radicales libres y las que intervienen en la síntesis de proteínas (de ahí su importancia en los fenómenos de renovación celular, de cicatrización y de inmunidad). Así, el zinc ayuda a prevenir la degeneración macular. Se recomienda el consumo de mariscos, ricos en él, carnes rojas y pan integral.
Advertencia: el hígado de ternera y el hígado de cerdo, aunque son muy ricos en zinc, no se recomiendan debido al riesgo de hiperuricemia.
Prevención del estreñimiento
Se recomienda el consumo de fruta (preferiblemente fresca: 2 a 3 al día), verduras crudas o cocidas (en cada comida), cereales no refinados (pan integral, pan de salvado, cereales integrales) y legumbres, y beber alrededor de 1,5 L de agua al día para compensar los efectos de esta hipotonía en la digestión. La actividad física regular, como caminar o montar en bicicleta, también ayuda a prevenir el estreñimiento.
Envejecimiento precoz
Las personas con trisomía presentan una degeneración del
sistema nervioso comparable al de sujetos que padecen enfermedad
de Alzheimer. Una de las formas de retrasar esta degeneración es el consumo regular de omega 3 y, en particular, de DHA. Hay que asegurarse de
que se respeten las CDR, es decir, el 1% de la CDR de omega 3 y 250 mg de DHA al día. Así, se recomienda el consumo regular de sardinas, caballa y
otros pescados grasos, alternando los aceites de cocina, favoreciendo el aceite de oliva para aderezar.
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